TUBERCULOSIS SECUNDARIA
La tuberculosis (TBC) pulmonar es causada por
la bacteria llamada Mycobacterium
tuberculosis y se puede adquirir por la inhalación de gotitas de
agua provenientes de la tos o el estornudo de una
persona infectada. La infección
pulmonar resultante se denomina tuberculosis primaria. La mayoría de las
personas se recupera de esta infección sin evidencia mayor de la
enfermedad.
La
infección puede permanecer inactiva (latente) por años y en algunas personas se
puede reactivar, a esta reactivación se la denomina TBC secundaria.
Por otro lado, la TBC secundaria se relaciona
con una reinfección exógena en el seno del deterioro de la inmunidad del
anfitrión. Afecta los segmentos apicales de los lóbulos superiores, donde la
gran concentración de oxígeno favorece el crecimiento de las micobacterias.
La lesión inicial es por lo general menor de 2cm de diámetro, a 1-2cm
de la pleura apical. Estos focos tienden a la caseificación central y fibrosis
periférica.
La TBC pulmonar secundaria puede curar con fibrosis
espontáneamente o tras tratamiento, dejando solo cicatrices fibrocálcicas y provocando
una distorsión de la arquitectura pulmonar; o puede progresar y extenderse a
otras vías.
En la TBC pulmonar progresiva la lesión se expande al pulmón
adyacente y finalmente erosiona los bronquios y vasos, lo que produce
hemoptisis. Además, la cavidad pleural está afectada y pueden desarrollarse
derrames pleurales.
El grado de afectación parenquimatosa varía mucho, desde pequeños
infiltrados a un proceso cavitario extenso.
Al formarse las cavernas su contenido necrótico y licuado puede
diseminarse a través de las vías respiratorias, conductos linfáticos o el
sistema vascular. Esto deriva en la enfermedad pulmonar miliar donde el
material que fue drenado por los linfáticos pasa a la sangre venosa y vuelve a
circular hacia el pulmón. Las lesiones miliares pueden expandirse y fusionarse
dando lugar a la consolidación de grandes regiones o lóbulos completos.
La tuberculosis puede evolucionar a:
Ø
TBC endobronquial, endotraqueal y laríngea: puede
ser la causa de una diseminación linfática o por material infeccioso
expectorado.
Ø
Linfadenitis: infección de los ganglios
linfáticos extrapulmonar, más frecuentemente en la región cervical.
Ø
TBC intestinal: por tragar material expectorado
infeccioso. Los organismos se siembran en los agregados linfoides de la mucosa
del intestino, sufren inflamación granulomatosa que puede conducir a
ulceración.
Ø
Tuberculosis miliar sistémica: se presenta
cuando las bacterias se diseminan por la circulación arterial sistémica. Es más
prominente en hígado, médula ósea, bazo, suprarrenales, meninges, riñones,
trompas de Falopio y epidídimo.
Ø
TBC aislada: aparecen en cualquier órgano o
tejido y son sembradas por vía hematógena.
En las primeras fases evolutivas de la enfermedad las manifestaciones
clínicas suelen ser inespecíficas, consistiendo sobre todo en fiebre y sudores
nocturnos, pérdida de peso, anorexia, malestar general y debilidad. Sin
embargo, casi siempre acaba apareciendo tos (al principio seca y luego con
excreción purulenta). Con frecuencia se advierten estrías de sangre en el
esputo. A veces aparece hemoptisis masiva como consecuencia de la erosión de un
vaso totalmente permeable situado en la pared de la caverna.
Si bien se señala que hasta un tercio de los pacientes con tuberculosis
pulmonar grave fallece pocas semanas o meses después del comienzo, otros
experimentan un proceso de remisión espontánea o siguen una evolución crónica.
En estas circunstancias, algunas lesiones pulmonares se vuelven fibrosas y más
tarde pueden calcificarse, pero las cavidades persisten en zonas de los
pulmones. Los individuos que padecen estas formas crónicas siguen expulsando
bacilos tuberculosos al exterior.
La mayoría de los pacientes responde al tratamiento con desaparición de
fiebre, disminución de la tos, aumento de peso y mejoría general en varias
semanas.
TBC pulmonar secundaria. Lóbulos superiores de ambos pulmones
estan afectados con materia gris-blanquecina de caesificación y
múltiples áreas de reblandecimiento y cavitación.
por la tuberculosis pequeños granulomas moreno,
de 2 a 4 mm de tamaño,repartidos por todo el
parénquima pulmonar.
Este es un patrón "miliar" de granulomas. Hay una multitud
de pequeños granulomas moreno, de 2 a 4 mm de tamaño,
repartidos por todo el parénquima pulmonar.
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